Tres copiadas tres

Ahí va el relato de tres copiadas, para mi gusto antológicas. Puede que haya un error en los años, pero qué más da…
(Ariel Bargach - 5to.1ra. TM)

El “Gordo” Fabián Colatrella tuvo un paso corto pero visible por el ENAM. Estuvo apenas dos años con los que arrancamos en 7ma. Verdadero exponente de la bestialidad argentina, colorado como pocos, fue capaz de estudiarse de memoria una “lección” de Música sobre payadores que le habíamos preparado los varones con animaladas increíbles y decirlas con pasmosa naturalidad. Pero la anécdota es otra.
Un día Miss Boyd nos devuelve, corregida, una prueba de Inglés. Y cuando termina el operativo devolución me pregunta dónde vivo y si con vivíamos juntos con el “Gordo”. Respondí que no, obvio, con la gran incógnita de por qué me había preguntado eso… hasta que vi la prueba del insólito Colatrella, que en la question “Where do you live?” ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡había copiado la mia!!!!!!!!!!!! “Y bueno, ¿qué querés? Yo no entiendo”, fue toda la respuesta del “Gordo”.

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“Willy” Cacace fue otro personaje de aquellos. Vuelto hoy hombre de teatro, se las arregló para pasar la escuela con el único objetivo de terminarla pronto y dedicarse a lo que de verdad quería. En una prueba de Geografía (¿de 4to., de 5to.?) , llamó a Kovalsky y le marcó sobre la hoja en el banco una pregunta que le generaba dudas. La doña no veía bien, o no veía a esa distancia, así que le pidió que le acercara la hoja, y Willy lo hizo… dejando al descubierto los varios papeles que tenía abajo. Un 1, claro, por nabo.

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Choque de Stellas en 5to. Stella Carta, hoy en Alemania, necesitaba “levantar” Química, que trataba de enseñarnos Stella O´Connell. Era un recuperatorio, o algo parecido, porque únicamente ella y uno o dos alumnos estaban haciendo la prueba, en la fila “de la ventana”. Todos veíamos que era grosero como se copiaba Stella… Machetes dentro de la cartuchera, papeles debajo del banco, hojas al lado, textos debajo de la pollera… La chica no había dejado de lado ninguna variante. Y pasó lo obvio: O´Connell la vio y le llamó la atención. Quizás por aquello de que no hay mejor defensa que un buen ataque, Stella Carta lanzó, a los gritos: “Pero la puta madre. Siempre me cagás a mí… ¿A dónde me estoy copiando? ¿A dónde? Sos una turra…”. Los demás pasamos de aguantar la risa a bancar un momento de real tensión. Pero todos nos quedamos con ganas de decirle que no podía ser tan caradura… Ah, finalmente Stella aprobó.